¿no habrá
nunca nadie que desee beber nuestras lágrimas? (…)
yo beberé
tus lágrimas.
La obsesión de vivir.
José
Sbarra
¿en qué
momento dejamos de creer que el amor es posible? ¿cuándo se nos esfumó la
ilusión de que podíamos todo, a pesar de todo?
¿Cuándo
nos asustamos tanto, que decidimos que la huida es el mejor camino?
¿qué día
comenzamos a mentirnos y a simular que la búsqueda es interminable, solo porque
no somos capaces de confesarnos que a nuestras búsquedas, las transformamos en infructuosas
simplemente por cobardía?
¿algún
día seremos capaces de poner nombre a nuestras ausencias, de dibujar el cuerpo
del vacío, de llorar hasta desintegrarnos, y sencillamente: desintegrarnos?
¿qué camino será
ante el que no pongamos el propio freno?
¿en qué lugar del mundo nos atreveremos a decir basta: te encontré, no quiero
moverme de tu lado? ¿dónde está la piel que nos reconozca, el cuerpo que al
tocarlo sea nuestro descanso, la risa que nos haga sentir en casa?
¿cuál va
ser el beso que nos devuelva la respiración? ¿dónde está la mano que al tomarla
nos salve de ésta jungla, y de la nuestra, y de nuestras propias bestias?
¿cuándo vamos a ser capaces de decir que nos amamos, sin miedo? ¿cuándo
pronunciaremos el amor sin espera? ¿cuándo seremos lo suficientemente valientes
para decir “te amo” sin que la respuesta signifique más que nuestra entrega?
¿existe
quien nos permita darlo todo? ¿quién se abra desde lo más puro de su carne?
¿quién no sienta que dar es pérdida? ¿aquel que nos devore los labios y las
palabras y que a pesar de eso, nos deje íntegramente nosotros?
“¿no
habrá nunca nadie que desee beber nuestras lágrimas?
yo
beberé tus lágrimas.”