domingo, 21 de diciembre de 2014

saber.

Anna O. 



nunca aprendí a tocar la guitarra.
hay algo como el impedimento.
querer pretender que las dos manos se muevan pensando diferente o
esperar
que la elongación de los dedos sea lo suficientemente amplia
para abarcar
la intención de un acorde y
otro
[a la misma vez]
como cuando las despedidas.
saber tocar la guitarra es como despedirse.
yo no sé hacerlo,
no me alcanza el cuerpo.



martes, 16 de diciembre de 2014

nada


la primera vez que lloré en la calle
cruzaba la general paz, con una bolsa papel madera 
en la mano.
me la había dado él   -un rato antes. eran
mis objetos perdidos tiempo atrás.


ese día
nos habíamos encontrado de casualidad en un
ascensor.
mientras bajábamos       me dice
tengo en el baúl del auto todo lo tuyo
para darte.
yo me pregunté cómo
habiendo pasado un año de separados
es capaz de nombrar todo lo mío
en ese mínimo espacio de tiempo medido en alturas


el último minuto que nos habíamos visto en nuestra otra vida
yo puse mi mano en su pecho como reflejo
-un de intentar guardar su todo
en mi memoria-
cerré los ojos a las pérdidas y escuche
mi mano
sosteniendo lo último
que tendríamos juntos.


cuando bajamos del ascensor caminamos por el estacionamiento.
abre el baúl y le digo: chocaste.
me da la bolsa. no quiero
cargarla
ese todo
me pesa.
no son tantas cosas, me dice. las temporadas de Lost y un par de libros.
no quiero. por qué tenés esto en el baúl, pregunto.
me chocaron, responde. te llevo hasta tu casa.
no.


en el colectivo recordé que una vez, un señor
sentado delante de mí
me mojó con sus lágrimas que volaban a través de la ventanilla
abierta.
recordé
también
al personaje de chunking express que corre
para que el llanto se haga sudor y no
dolor.


en la general paz
todo quemaba.
era verano y yo
con todo lo mío
empezábamos a desintegrarnos.