miércoles, 19 de febrero de 2014

llanto.

Laura Makabresku

hoy voy a llorar toda la noche.
vas a intuirlo y llamarme (no importa si no lo intuís)
dirás algo de mi gata, de mi pelo y,
como no contesto
vas a insistirme contándome que estuviste releyendo a pessoa y que te acordaste de mí.
entonces ahí, en ese momento
voy a largar el llanto.
no vas a entender nada de lo que te digo porque
cuando lloro
no se entiende nada lo que me pasa, pero
voy a estar diciéndote que hoy me caí en la calle
porque soy torpe y porque estaba pensando en todo a la vez.
que no tengo metáforas, sólo soy tan literal y 
básica
tan básica, voy repetir entre llantos.
quiero que vengas, voy a pensar,
pero no me saldrá pronunciarlo.
quiero que vengas y cures mis rodillas
las manos,
que me cures
que te rías de mi maquillaje corrido, de mi desorden
de las ventanas que sólo están limpias hasta donde da mi altura.
pero abrazame.
vení y abrazame
que en algún lugar de mí
estoy dibujando unicornios y flores
una casa que podría ser nuestra porque tiene ventanas.
yo necesito ventanas y lugares donde mirar el sol y la lluvia,
una cocina grande y un espacio pintado de clarito para el piano.
vamos a afinar el piano, creo que susurrás.
sí, voy a responder.
entonces
seguro que de a poco, voy a dejar de llorar
porque llorar me cansa y
porque me estás besando el hombro mientras yo 
acaricio tu nuca.
porque las cicatrices se cierran.
porque adentro de la piel
tenemos calma y algo de música.
y porque sí.



jueves, 6 de febrero de 2014

cualquiera

Laura Burlton



a cualquiera puede pasarle cualquier cosa
como
disolver en agua 200 gramos de café y
tomarlo
sin pausa,
o
sacar y
volver a guardar la ropa del placard, 
buscar si quedan rasgos de su olor
alguna mancha
abrir la heladera y llenarnos
quién no intentó saciar vacíos con pan embadurnado en manteca
dulce de leche
tortillas viejas,
o enamorarse.
cualquiera puede enamorarse,
ir al cine
caminar de la mano en una librería
mirarse entre los estantes
inventar adjetivos
imaginar posturas sexuales,
cambiar la cama de lugar,
pensar en comprar adornos nuevos o
lo que fuere.



yo lo intento también, 
me esfuerzo,
pero es que no sé,
aun tengo los demonios
mordiéndome los talones.