sábado, 29 de noviembre de 2014

dentro.


voy al cine.
la mitad de la película no la entiendo. trata sobre el espacio, aliteraciones temporales. trata sobre la paternidad. no sé cuál es la parte que más me cuesta comprender. hay un agujero negro que nos transporta hacia lugares en donde el tiempo no pasa de igual modo para todos.
acá, en nuestra galaxia y sin necesidad de subir a ningún cohete, el tiempo tampoco es el mismo para nadie.

en el cine, a mi lado
hay una pareja. los dos comen pochoclo. hacen ruido. siento el olor al pochoclo caliente pero no me da ganas de comer. no me arrepiento de haber entrado a la sala únicamente con un café. tengo en la cartera maní con chocolate que me llevaron, pero no lo como. comento que me recuerdan a mi infancia, cuando en los cines sólo se podía comer eso, y caramelos sugus confitados.

ahora la pareja
se besa, además de comer. también hacen ruido al besarse. escucho la saliva y el final del beso. después, otra vez el beso y más saliva. ella me roza un poco con su pelo de rulos. yo tuerzo la cabeza para mirarlos. quiero que se den cuenta que me están molestando. me molestan sus ruidos, pero me molestan sus besos.
me pregunto si cuando beso, mi lengua hará el sonido de huracanes devastando ciudades.
trato de recordar la última vez que me besaron. no que me besaron de morondanga, sino, la última vez que sucedió que el beso me haya transportado al territorio del olvido de todo lo demás.
tengo en mi memoria cuándo fue y con quién. la última imagen visual de esa escena fueron mis propios párpados cerrándose. sí, el temblor del sexo y todo lo que viene después pero, cuando finalmente me quedé sola, también ingresé a la curva espaciotemporal de la que habla la película. pensé que posiblemente nunca pueda explicarme qué es el amor, ni tampoco responderme si seré capaz de volver a enamorarme, pero que sin dudas, lo más cercano a la entrega fue ese instante de labios y bocas abriéndose. lo más cercano a la certeza, que creo, podré sentir.



9 comentarios:

Hugo dijo...

Yo les hubiera dado un cortito en la nuca, qué quiere que le diga.

De envidia supongo, porque yo ya ni recuerdo lo que era un beso así.

B. Vargas dijo...

Cómo te entiendo. Me ha encantado el texto y la expresión "besar de morondanga". Me la quedo. Un abrazo.

P MPilaR dijo...

lo que da de largo un besuqueo de rosca

no hay más


besos Lila

Lunna dijo...

Un beso que deshilacha el alma y oprime los sentidos hasta desfallecer siempre permanece intacto en la memoria y en el corazon.

Besos.

Lunna.

Vivian dijo...

Ay Lilus, Lilus, y ese “beso de morondanga”…¡Me encantó!
Sólo a ti se te ocurre ir a ver una película del espacio, aunque ahora que lo menciono pienso que “una chica de las nubes” debía compenetrarse con estos temas.
Poco importa si entendiste, o no, pero la conclusión (cuando te desvías a tu análisis personal) es maravillosa, tan bonita. Claro que volverás a enamorarte como una cabra, treparás por las paredes como una arañita, harás pucheros frente al espejo, y escribirás textos locos; está en ti ( y no será un amor-de-morondanga!)
Besos

Si algún día llegas a explicarte qué es el amor…¿Me lo explicas a mí?

María Font dijo...

Tu lengua hace el sonido de huracanes devastando ciudades. Un cortito hubiese estado bien. Interstellar? No te quejes, yo la vi en inglés y sin subtítulos.

Darío dijo...

En público la gente debiera compartir sus besos con los indigentes. También los pochoclos. También la desolación frente a tantos agujeros negros.

Jou McQueen dijo...

Un estudio demostró que: "En un beso francés que dure 10 segundos y con lengua humeante transfiere aproximadamente 80 millones de bacterias, pero de acuerdo al mismo estudio, sólo 1.000 bacterias son transferidas por un beso rápido."

¿¡No hay que estar enamorado para jugártela de tal forma!?

Besos sin bacterias.

Fernanda Sandoval dijo...

Besos y ciruelas agrias.